"TODOS TE BUSCAN" Mc 1,37

"TODOS TE BUSCAN" Mc 1,37
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viernes, abril 29, 2011

3ª SEMANA DE PASCUA




LECTURA DEL LIBRO
DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES
2, 14. 22-33
El día de PentecostésPedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: --Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia." Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.
Palabra de Dios.

SALMO 15
SEÑOR, ME ENSEÑARÁS
EL SENDERO DE LA VIDA.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: "Tú eres mi bien".
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R.-

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R.-

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.-

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.-

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA
DEL APÓSTOL SAN PEDRO 1, 17-21
Queridos hermanos:
Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.
Palabra de Dios.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO
SEGÚN SAN LUCAS 24, 13-35
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: --¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino? Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: --¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días? El les preguntó: -- ¿Qué? Ellos le contestaron: --Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron. Entonces Jesús les dijo: --¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria? Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: --Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: -- ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras? Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: --Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón. Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor



MEDITACIÓN
Este es el domingo del camino de Emaús y la liturgia nos pone en el camino con los discípulos de Jesús esperando nosotros que Jesús se ponga también nuestro camino y nos lo topemos.

¿CÓMO SE ENTIENDEN LAS LECTURAS?
En los Hechos de los Apóstoles Pedro explica las razones precisas para que nuestra fe, que se afirma sólidamente la resurrección de Jesús, no se apoye en un mero indicio sino en una certeza; no en una fantasía sino en una prueba. En el Salmo 15 hay una prueba más de la promesa garantizada por Dios cuando dice que al hombre justo y fiel el Señor no lo dejará conocer la corrupción, al contrario: conocerá lo que es el vivir de veras: “alegría perpetua a tu derecha”, concluye. La 1ª carta de Pedro subraya el precio que le costamos a Dios: la sangre de una víctima inocente; entonces nuestra vida no es una feria de artesanías, ni un festival de emociones, ni una pluma al viento como canta la ópera, aunque ella sea tan frágil y fugaz. El Evangelio de Lucas, en la tercera semana, como a los tres días (según lo narra); nos pone a caminar con Jesús, él interpreta nuestro camino y explica nuestras angustias hasta que logra conmovernos el corazón. ¡Qué fugaz es su presencia algunas veces (cuando más lo necesitamos). Sin embargo ahí opera la fe.

¿QUÉ ENSEÑAN LAS LECTURAS?
Sin que se marchite la esperanza, que nos salve de los días aciagos y penosos, el sentimiento de nostalgia parece reinar en esta escena con todas sus posibilidades. Si hacemos caso de todas las apariciones de Jesús a sus discípulos en casi todas las escenas pos pascuales no es ajeno este ingrediente de nostalgia que tiene además un toque de melancolía, la prueba está en las exclamaciones de los discípulos: “¡Quédate con nosotros que el día va de caída!” y cuando desaparece Jesús de su vista, agregan:“¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?”“Nostalgia de Dios”, es como llaman los maestros de la vida espiritual esa profunda ansia y sed de eternidad, de Dios, de saciarnos “de su vista y hermosura”, como lo canta san Juan de la Cruz. Como se añora el vientre materno del que salimos un día, cada vez más lejano, el hombre espiritual suspira por ese placentero jardín del Edén que un día perdió peor recuperará: “nos hiciste, Señor, para ti y esta alma no descansará hasta que repose en tus brazos”, dirá también san Agustín en sus Confesiones.

¿CÓMO SE APLICAN A LA VIDA?
Nostalgia, dice el Diccionario de al Real Academia Española de la Lengua, es: “la pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos”, es “tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida”. A unos los empujará al suicidio, a otros al oscuro fondo de los vicios, tal vez al desquicio de la locura o a cualquier enfermedad mental que es tan fácil encontrar en esta piel humana. En cambio a nosotros, a los más enfermitos de Dios, a los perdidos por él nos pone en una situación de búsqueda silenciosa de cuanto pueda pasar por nuestra vida, tanto más delante de nuestro rostro para saberlo experimentar sin engañarnos, haciendo caso útil de lo que nos habla de Dios: personas, animales o cosas, como en el cántico espiritual de san Juan de la Cruz (versos 21 a 25):
“Mil gracias derramando,
pasó por estos sotos con presura,
y yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura”.